La seguridad vial en las zonas rurales e interurbanas es una preocupación importante a nivel mundial, ya que contribuye de manera desproporcionada al número de muertes y lesiones graves, a pesar de que el volumen de tráfico es menor. Factores como las velocidades inseguras, las condiciones adversas de las carreteras, la conducción bajo los efectos del alcohol, el uso limitado del cinturón de seguridad, la infraestructura insuficiente para los modos de transporte activos y la lentitud de la respuesta de emergencia agravan los riesgos para la seguridad. Para abordar estas cuestiones se necesitan estrategias específicas y rentables que se adapten a las diferentes condiciones y contextos regionales.

Esta nota informativa identifica los factores de riesgo críticos y describe las intervenciones basadas en datos empíricos que se han llevado a cabo en todo el mundo. Las medidas incluyen mejoras en las infraestructuras, como zonas despejadas, barreras en los bordes de las carreteras, señalización mejorada y carriles exclusivos para peatones y ciclistas. Se hace hincapié en las intervenciones conductuales, como la aplicación estricta del uso del cinturón de seguridad y los límites de velocidad, junto con campañas de sensibilización y educación pública. Las tecnologías emergentes, como los sistemas de control automatizados y las herramientas de supervisión en tiempo real, ofrecen grandes posibilidades para mejorar la seguridad vial en las zonas rurales e interurbanas.

Para reducir de manera eficaz las muertes y lesiones graves en las carreteras, los responsables políticos y las autoridades de transporte deben adoptar un enfoque sistémico integral y seguro. Esta mentalidad integra un diseño que induce la velocidad adecuada para el entorno vial, un diseño vial tolerante, una aplicación rigurosa de la ley, un mantenimiento continuo, la participación de la comunidad y el despliegue de tecnologías avanzadas basadas en datos.